Trampas típicas en los contratos de crédito: que no te líen
Si quieres solicitar un crédito a un banco o una institución extrabancaria, debes recordar que se trata de una decisión importante, y que no devolverlo a tiempo puede acarrear serias consecuencias en los años venideros. Cada solicitante debe analizar bien los planes de futuro a corto y medio plazo con su cónyuge. Además, hay que tener mucho ojo con algunos créditos, ya que pueden esconder varias trampas de las que al principio no nos percatamos. Recuerda que el banco donde solicites el préstamo no es tu amigo ni tu confesor, simplemente tu socio temporal en una transacción.
Trampas típicas a las que se debe prestar atención
La lista de trampas de las que los bancos no hablan es bastante larga. Hay que estar siempre al quite para no caer en ninguna de ellas. El contrato de crédito que firmas suele estar escrito con un vocabulario jurídico complicado que puede resultar incomprensible para el ciudadano de a pie que simplemente necesita un crédito. Por lo tanto, siempre viene bien conocer a alguien que sepa de derecho, o en caso de dudas, consultar con un asesor jurídico que te explique la información básica.
Una de las trampas más comunes es el interés de tu crédito. A menudo, la cláusula que lo aborda es muy enrevesado, y presenta una cuota escrita con letra grande pero otra con letra pequeña. Por lo general, los importes menos visibles son los más vinculantes. Los intereses incluyen la tasa de interés y el margen de mercado. Hay ciertos detalles y secretos de los contratos que merece la pena aprenderse. Por ejemplo, poca gente sabe que el margen es negociable. Por lo general, la gente en España sabe bien poco de derecho y banca, por eso es tan fácil engañar a una persona corriente para que firme un contrato no del todo limpio.
Rescisión del contrato
En este aspecto, fíjate en todas las notas que te encuentres en el contrato. A menudo, el banco deja una puerta abierta para rescindir el contrato de forma unilateral por numerosas razones estúpidas y engañosas. Si el importe del crédito que quieres solicitar es muy alto, sin duda alguna recomendamos solicitarlo en un banco grande, con buen historial en el mercado y muchos clientes satisfechos. Es la forma más fácil de evitar las jugarretas que pueden emplear los bancos pequeños y menos populares. Además, recuerda que los trabajadores del banco siempre serán agradables. Simplemente, es su función. Pero no son tus amigos y no puedes confiar en ellos del todo.
Estas personas se preocupan más bien de su trabajo y a menudo no nos lo cuentan todo, ya que están en su derecho. Por lo tanto, como puedes ver, el potencial prestatario se enfrenta a bastantes trampas de las que no todo el mundo siquiera ha oído hablar. Al solicitar un préstamo, tienes que estar despierto en todo momento y, como ya habíamos dicho, merece la pena contar con la ayuda de un asesor legal. En la mayoría de ciudades se pueden realizar consultas gratuitas. Seguro que te ayudarán a aclarar ciertas dudas y te aconsejarán sobre cómo comportarte. Un asesor legal es una alternativa perfecta cuando no tengas ningún familiar ni amigo ducho en la materia.
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